A la memoria de Delia Solorzano
La vida es un ciclo corto. Ya nos lo enseñaban cuando éramos niños en el propio colegio. Los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren.
Cuando llegamos a una cierta edad, sabemos que en cualquier momento, es mucho más probable que acabe ese nuestro ciclo de vida. Y aunque nadie se prepara para semejante hecho biológico, de producirse se considera más natural.
Pero que con treinta y tantos años una persona en plena flor de la vida, encuentre sin esperarlo la muerte, es tremendo.
Hace apenas unos días que llegué de México, país hermano con el que los españoles compartimos tantísimas cosas. La afición cetrera mexicana, apasionada, exultante y tan cariñosa hacia mi persona, me dejó un sabor de boca de lo más dulce. Participé como Juez de Bajo Vuelo y conferenciante en uno de los muchos actos organizados por la Asociación de Cetreros de Querétaro.
Y hoy, hace escasos minutos, me acaban de dar una noticia que me ha roto el alma. Delia Solorzano, una de las mujeres cetreras a la que tuve el privilegio de juzgar, de forma incomprensible, ha perdido la vida en una intervención quirúrgica.
Una mujer simpática, alegre, siempre sonriente, y sobre todo cetrera, cetrera en el más amplio sentido de la palabra.
Querido Saúl, desde lo más profundo de mi corazón, en mi nombre, en el de Santiago, y en el de la Asociación que presido, te damos nuestro más sincero pésame, y espero que estás palabras te sirvan de ayuda en estos momentos tan tristes. Y sobre todo te deseamos fuerza y coraje para que puedas seguir adelante con tus hijos.
Que Dios la tenga en su gloria.
Manuel Diego Pareja- Obregón de los Reyes
Asociación Española de Cetrería y Conservación de Aves De Presa
